Beowulf, la película

Con cierto respeto al poema más antiguo que conserva la lengua anglosajona, o inglés antiguo, el director Robert Zemeckis, basado en un guión de Neil Gaiman y Roger Avary, logra un filme de acción situado en un mundo fabuloso que sólo la tradición vikinga puede evocar. Con unas cuantas citas tomadas del texto medieval y una tecnología de animación en verdad extraordinaria, será imposible para cualquier espectador dejar de disfrutar a los personajes, las bestias fabulosas, la velocidad y al retrato de una era que tanto añoran los verdaderos admiradores de la cultura metalera. Angelina Jolie, como la madre del demonio Grendel, realiza una tarea impecable, aparte de proveer una sensualidad tétrica y ser la contraparte de una oscura relación edipal, como pocas se han visto en el cine. El héroe, representado por Ray Winstone, y Grendel, Crispin Glover, son ideales en sus papeles pero quien de verdad devora la película como si se tratase de un bocadillo es Anthony Hopkis como el rey Rothgar. Una pista musical muy buena de Alan Silvestri (pero extrañé algún toque de metal épico), ambiente excelente, personajes bien dibujados (en todos los sentidos de la palabra) y una historia que deja de ser cristiana, como en el poema, para convertirse en casi un sentido himno al neopaganismo, garantizan 113 minutos de orgásmico entretenimiento que debe disfrutarse, si se puede, en proyección 3D de Imax, porque así las imágenes adquieren la dimensión épica de esta vieja saga. Y un detalle que se debe disfrutar sin recatos es el vestuario de las mujeres debido a la diseñadora Gabriella Pescucci, ¡cuánto me gusataría ver a una chica vestida de ese modo!
Foto: ABC News.