Thursday, May 21, 2009

María Amelia López Soliño 1911 - 2009



La Blogósfera está de luto, de luto profundo por tu partida. Adiós María Amelia, has dejado una impronta imborrable en la Blogósfera y en el mundo duro. Le diste voz a un grupo que no la tenía con tanta potencia hasta que tú llegaste: la Tercera Edad, la cual, con tu ejemplo, supo que la tecnología y la libre emisión del pensamiento no les deben ser extrañas. En tres palabras quiero definir tu incursión en el Ciberespacio: entusiasmo, curiosidad y descubrimiento. Ojalá todos nos mantengamos como tú hasta los 97. Nos seguiremos viendo en la Blogósfera, María Amelia, ya que aquí dejaste parte de tu legado.

A los 95 años doña María Amelia se convirtió en un fenómeno mediático que abarcó a publicaciones, televisoras y radios de 5 continentes. Desde la BBC de Londres hasta medios estudiantiles, además de funcionarios públicos como el Primer Ministro español José Luis Rodríguez Zapatero se deleitaron con esta abuela cibernauta, como ella se definía y la tomaron como paradigma de la capacidad humana para digitalizarse a cualquier edad y para utilizar al Ciberespacio como un medio para expresar con libertad sus pensamientos (oyó, señor Superintendente de Bancos, Edgar Barquín). Y este es parte fundamental de su legado.

Monday, May 11, 2009

Testimonio de Rodrigo Rosenberg, RIP





Y ahora, Señor Presidente, o señor Vice, en su defecto, ¿qué va a hacer?
Rodrigo Rosenberg era abogado recibido en la Universidad Rafael Landívar, con maestrías en las universidades de Harvard y Cambridge. Fue asesinado el 10 de mayo pasado.
Fuente: Prensa Libre.

Saturday, May 09, 2009

X-Men Origins: Wolverine

Imagen: Movies Media.

Los guionistas David Benioff (The Kite Runner) y Skip Woods (Hitman, Swordfish), siguiendo la escencia del personaje de Marvel, recurren a los mitos como soporte para su historia, narrada en dos niveles por el director sudafricano Gavin Hood (Tsotsi): acción con violencia de dimensiones bélicas y romance.

La acción violenta es inalienable en las historias de Marvel, así como los encuentros, roces y estallidos entre los superhéroes quienes, al estilo de los dioses griegos, padecen de pasiones. El romance tampoco es inesperado pero, en este caso, está muy bien manejado. En cuanto a los mitos, se cuenta con la eterna rivalidad entre Caín y Abél, recontada como una competencia fraterna entre Wolverine (Hugh Jackman) y Victor Creed/Sabretooth (Liev Schcreiber), y en una narración conmovedora del mito del Trickster, rendida con belleza por Lynn Collins, como Kayla Silverfox, y que explica el nombre del personaje.

La aparición de Gambit (Taylor Kitsch) por vez primera en el cine, el bien delineado Coronel Stryker (Danny Huston), el manejo de emociones contradictorias, un CGI impecable y una pista musical de primera, hacen recomendable esta producción como una de las mejores de Marvel a la fecha. Ni qué decir del excelente diseño de producción y de los magníficos sets.

Ahora, en cuanto a si se trata de una adaptación fiel del personaje al cine, no hay ya más remedio que aceptar que la intervención del Séptimo Arte en el universo de los cómics, como agente de cambio, resulta ya inevitable.

Thursday, May 07, 2009

Mal con ellos, ¿peor sin ellos?

El diputado Nery Samayoa.

"...estamos claros de que el Congreso no es precisamente lecho de virtudes ni la concentración de cerebros más preclaros del país", declaró el abogado constitucionalista Gabriel Orellana a Prensa Libre cuando lo entrevistó acerca de la boutade del diputado oficialista Nery Samayoa, quien dijo: "...Ya que esta situación continúa podrían tenerse consecuencias, ya que en un momento dado el presidente de la República podría tomar la decisión de desintegrar el Congreso", según cita el diario de lo consignado en acta.

¿Sería berrinche o sólo un desliz de planes oficialistas para intentar un segundo serranazo? Pocos ciudadanos en la Guatemala actual, creo, negarían que el Congreso de la República es una de las peores lacras intitucionales del país. Junto con la Corte Suprema y el Banco de Guatemala son cuevas en donde hasta tienen al diablo enfrascado en orines. Por tanto, verlas desparecer sería un orgasmo de altísima decencia. Por desgracia las consecuencias podrían ser aún peores. Como cantaría Vicente Fernández, "mal con ellas pero peor sin ellas".
Imagen: Prensa Libre.

La demostración final, algebraica de ejercicio de Baldor, de que don Gabriel Orellana tiene razón, de que no son precisamente los cerebros más preclaros los que moran en el Congreso, son las declaraciones citadas del congresista. Lo bueno es que muchas instituciones ladraron en contra de ellas y lo malo es que dejaron la duda. ¿Será que lo harían? Como sea, junto con ellas se iría al tragante la actual administración de la Une, a enfrascarse con el diablo y a dejar al país con una oportunidad única para empezar a reconstruirse. Háganlo pues.
Imagen: Erlie Castillo/Prensa Libre.

Saturday, May 02, 2009

El Estado mexicano contra la Santa Niña

En esta esquina, a dos de tres caídas sin límite de tiempo: La Santa Muerte versus el gobierno de México.

Según una nota de Prensa Libre del 30042009 el Gobierno de México, como una forma de combate al narcotráfico, se ha dedicado a destruir los altares o santuarios erigidos a la Santa Muerte, porque promueven el tráfico de drogas. Se podría interpretar tal reacción como una forma de rechazo o represión contra el surgimiento de nuevas clases sociales, en este caso, se supone surgidas del narco. Pero también es una señal de frustración y desesperanza, como cuando alguien lanza dardos a la foto de un enemigo invencible. En vez de convertirse en iconoclastas, las autoridades mexicanas deberían combatir a los narcos y no a sus símbolos. Además, vayan y pregunten a Jung, no sea que les salga el tiro por la culata: atacar símbolos fortalece a las creencias. Después del fin del Imperio Soviético, algunos de sus más queridos iconos fueron derribados, así lo hicieron los gringos con efigies de Saddam, en Iraq. Pero México lo hace antes de vencer al enemigo, en una suerte de acto mágico, de triste trabajo brujeril.
Imagen: A Capitol Blog.

Watchmen o el destino del guerrero

Watchmen llenó mis expectativas pero no en magnificada medida. El filme ni es una recreación, ni es una adaptación. El director Jack Snyder transvasó la novela gráfica de Alan Moore y Dave Gibbons al celuloide, sin la venia del primero. Logró una película de imágenes épicas que dan soporte a un argumento brutal, descarnado, con escenas y diálogos que nadie querría ver en la vida real. Pero, sobre todo, alcanzó a describir a los personajes con la crudeza del cómic: superhéroes trasnochados, falibles, sufridos y llenos de resentimiento contra la vida, la sociedad y contra sí mismos. Algunos, incluso, refugiados en la nostalgia, el recuerdo y un existencialismo corrosivo.

La historia se desarrolla en forma anacrónica durante la era Nixon y la Guerra Fría: la posibilidad de un holocausto nuclear estaba presente en todo momento. Nixon, Kissinger y otras alimañas de aquellas eras pululan la cinta para terminar el feísta acabado de algunos de sus segmentos. Los superhéroes, además, no aportan precisamente esperanza, al contrario, son depresogénicos. Al estar ya retirados, cada uno había tomado su propio camino, cada uno enfrentaba sus propios demonios y cada uno sabía hasta dónde había llegado su bajeza. Algunos no habían sido bajos, sino viles. Pero el deber siempre llama, y siempre debe cumplirse, le guste o no a quien le sirva, aunque ya esté viejo y acabado, aunque ya nadie quiera saber de él o de ella, haya o no haya sido grande en el pasado. Y ese, tal vez sea, al fin y al cabo, como tituló Georges Dumézil a una de sus obras, el verdadero destino del guerrero.

Cuando terminé la novela gráfica la sentí tan rica como a una textual. Al finalizar la cinta sentí, en cambio, como si me la hubiesen presentado en un formato zip derivado de una tecnología desconocida: quedó de mi lado descomprimirla para llevarla a su plenitud de significados, riqueza visual y contenido extremo. Habré de esperar la versión en DVD, una hora más larga y con la inclusión del relato de piratas que cuenta la obra como extra, para tener una mejor panorámica. Tal vez tenía razón Terry Gilliam, quien consideró que en vez de filmar una película de 190 minutos, hubiese sido mejor una miniserie de 300 minutos, para redondearla por completo.

De todas formas, su impacto, excelente elenco, magnífica pista musical que incluye clásicos como 99 Baloons, actuaciones hipnotizantes y crítica social, se merecen por lo menos más de una consideración. Y si la pueden ver en formato Imax, no duden en hacerlo.
Imágenes: Sitio Oficial.