Adiós Edgar

Imagen: María Isabel Corado.

Edgar García trabajaba con nostros en Prensa Libre. Lo veía ir y venir en sus quehaceres diarios. Era un buen compañero, buen cuate, siempre estaba sonriente y nunca negaba un favor, si podía hacerlo. Tenía una vida por delante y la ilusión de dos niños y una niña, a los cuales quería profundamente. Entonces, le pregunto a la Muerte, ¿por qué te lo llevaste? Pero no fue ella, sino la ciega violencia y la estupidez humanas, que lo atacaron y lo arrancaron de su familia y amigos. Dejaron un vacío, nos llenaron de indiganción, cólera y tristeza. Él, en cambio, nos legó un recuerdo perdurable y el reto de luchar contra la impunidad y la corrosión de la conformidad.