Tuesday, August 07, 2012

Batman: The Dark Knight Rises



"Theatricality and deception are powerful agents to the uninitiated. But we are initiated, aren't we Bruce?". Bane.

Christopher Nolan cierra su trilogía sobre el Caballero Oscuro con una apoteosis digna, bien pensada, apegada como pocas a la narrativa de los cómics y su iconografía, pero, sobre todo, alejada de lo que uno asociaría con un superhéroe de este tipo cuando llega a la pantalla. Además, con mano maestra, interpola referencias históricas, hechos contemporáneos y reflejos de los peores temores de la cultura gringa.

Como lo manifiesta Bane: " We take Gotham from the corrupt! The rich! The oppressors of generations who have kept you down with myths of opportunity, and we give it back to you... the people. Gotham is yours. None shall interfere. Do as you please. Start by storming Blackgate, and freeing the oppressed! Step forward those who would serve. For and army will be raised. The powerful will be ripped from their decadent nests, and cast out into the cold world that we know and endure. Courts will be convened. Spoils will be enjoyed. Blood will be shed...".

Con sutiles referencias a la Toma de la Bastilla, la Corte de Los Milagros, el Movimiento Occupy, la fragilidad e hipocresía de la Bolsa y un antihéroe cuyo discurso podría ser el de un Chávez o derivado de los mejores análisis de un Chomsky, la narrativa de los Nolan tiene fuerte sustento. Suficiente como para justificar una violencia similar a la que enfrenta un ávido lector de historietas. El héroe mismo describe un ciclo que con más o menos altibajos parece seguir al controversial Monomito de Joseph Campbell.

El erotismo, de similar forma, es tan lateral que casi no se nota, a pesar de sus directas como la evocación de la Chica-Moto y de la inevitable asociación del traje de la Cat Woman –solo Cat en este filme, para seguir al nick original de la delincuente- con el sadomasoquismo. Se trata de una Selina Kyle como nunca antes había sido representada. Esta es la mejor de la historia del cine a la fecha, tanto por su descripción visual como por el corazón que le dio Anne Hathaway. Por igual Bane (Tom Hardy), que de haber sido reducido a un bruto bien musculado en Batman and Robin (de Joel Schumacher, 1997), se transforma ahora en un estratega inteligente, con una clara agenda que incluye al desprecio, la ira y el control.

La trama está bien hilada, la fotografía, a pesar de uno que otro estereotipo es magnífica y la acción no da tregua más que cuando se disfruta de muy buenos parlamentos (aunque he de reconocer, no de la estatura de la anterior entrega). Christian Bale supo adaptarse a las camaleónicas demandas de un personaje multifacético y la actuación de Michael Caine como Alfred Pennyworth es simplemente incomparable. Si quieren disfrutarla en su totalidad, les recomiendo el formato iMAX. Escucharán mejor la excelente pista musical de Hans Zimmer y a la Pavane pour une infante défunte, de Maurice Ravel.

Una referencia completa de los influjos de los cómics sobre este filme se encuentra en Batman Online pero, cuidado, está infestada de spoilers. Si no han visto el filme o no han sido asiduos lectores del personaje, absténganse de visitarlo hasta después. Conociendo al chapín, me asombré cuando al finalizar el prescreening parte del público aplaudió espontáneamente. ¡Ah! De una vez les cuento, por si la curiosidad los mata igual que a mi: el Fernet Branca sabe a Listerine.

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