Tuesday, July 21, 2009

Flashing o La Entrevista de trabajo

Cortesía de Britney Flash.

Listo: tacuche, perfume, reloj de vestir y zapatos lustrados. Salí hacia la oficina de la ingeniera, mi futura jefa, para cumplir con un mero formalismo, puesto que la supervisión que había solicitado ya era mía. Pregunté por ella, esperé de verdad cinco minutos y me recibió. Era una oficina grande, estaba sentada tras un escritorio de diseñador, con cubierta de plexiglass. "Hola", me dijo, "sentánte, mirá, estamos buscando a un gerente para la tienda de Pradera, al principio el sueldo será... y la inducción"... bla bla bla.

Algo empezó a parecerme muy atractivo en ella. El pelo rubio, los ojos grandes, el maquillaje hiperdiscreto, los cuarenta y pico nada visibles, su cuerpo esbelto, sus ademanes medidos y lentos, así como su capacidad para hablar de química y procesos de control informático, me excitaron. Era sólo el principio.

Lucía un exquisito top rojo, casi una nada que descubría sus pechos hasta justo arriba de los pezones, y una mini negra, cortísima. Conforme me hablaba, a veces el top bajaba un poco, un poquito, y un travieso pezón rojizo surgía durante un instante, luego el otro. La veía con fijeza casi robótica hacia los ojos, "esto es una entrevista de trabajo", me decía, "la voy a cagar". Nada, sin piedad, cuado se daba cuenta de su exhibicionismo involuntario, sonreía con gracia y un leve movimiento de hombros volvía la prenda a su lugar.

Para no ser obvio, bajaba la vista. Entonces, el escritorio transparente, aún con menos piedad, me dejaba ver sus piernas y a la mini demasiado subida. No había ropa interior. Ni vello púbico. El estímulo era excesivo, así como mi incapacidad para saber qué hacer o cómo manejar la situación.

Tardamos 35 minutos para llegar, por fin, a lo inevitable: me preguntó si le parecía provocativa. "No", mentí, "me parecés elegante". Rio de buena gana y me dijo "te espero el 15 en la tienda a las 14:00 horas en punto".

Salí, atravesé una pasarela, era casi mediodía. Una chica me veía, curiosa, como si tuviera algo raro en la cara. Bajaba un instante la mirada y me volvía a ver a la cara... ¡Qué vergüenza!

5 comments:

David Lepe said...

Con ese final, me pasan como 20 pensamientos en la mente ahorita...
Excelente compañero, flasheo prohibido.

Duffboy said...

Ah, digno de una novela de Michael Chrichton. Exhibicionismo exquisito.

klavaza said...

Cierto Duff, fue delicioso!

La Chachi said...

Felicitaciones por el trabajo!!! Y tambien por la paja mental.

Me encanto la descripcion...me rei.


Un abrazote

klavaza said...

Gracias Chachi!!!