Friday, April 10, 2009

Pan y circo en Semana Santa


Vamos a ver: A cada familia que viaja el Ministerio de Cultura (¿no debería ser el Inguat el encargado?) le da 2 hula-hula, 2 pelotas, 13 jugos, 1 chumpa, 2 toallas, 13 paquetes de galletas, 2 bolsas con sorpresas (algunas con productos Diana, por ejemplo). Además 1 cubeta, 1 rastrillo y una paleta para jugar arena y 2 pachones para H2O. Según me dicen el costo, sólo del transporte, ronda el millón de quetzales. Por supuesto la gente va feliz, porque va gratis. Si pues, ¿de dónde saca el Ministerio en cuestión el milloncito? Del bolsillo de todos, ni modo, incluso de quienes aprovecharon uno de los viajes, de corte chavistoide y raigambre portillista. Panem & circenses, ¿verdad césares? A ver si la inversión se traduce en votos, ¿verdad don Álvaro Colom?
Foto: Daniel Herrera / Prensa Libre.

6 comments:

Cristian Mejía said...

Exacto, pan y circo, desde cuando algun otro gobierno patrocina vacaciones, ridicula medida. Esto solo pasa en Guatemala.

zcgt21 said...

El mundo no ha cambiado nada desde los tiempos romanos, el pueblo siempre es engañado con "Pan y circo" y feliz lo acepta, el ser humano es inteligente, las masas son estupidas.

Unknown said...

Ala si.. vos.. y la basura de la Diana quién la recoge?
bueno, fue un gusto verte aquel dia y pasar a visitarte por aqui..
abrazos
Lucha

Nancy said...

Tú lo has dicho mejor que nadie... y de forma breve y contundente.

Andrea said...

El colmo es la falta de originalidad del placebo, ya van con este dos o tres gobiernos que mandan al pueblo a la playa, a que se les termine de tostar el seso, demosle espejitos, atole con el dedo, y sigamos llenandonos los bolsillos,armando nuestros desmadres.

klavaza said...

Cristian, zcgt21: es cierto, no cambiamos, al pueblo se le aplaca con puros abalarios. ¿No sería mejor invertir esa plata en salud, educación o seguridad?

Lucha: Me imagino que el Gobierno confía en las enormes capacidades de reciclaje de la Naturaleza.

Nancy: Gracias!

Andrea: Me encanta cómo lo decís, de plano que usan al sol para desprogramarle en cerebro a la mara y para que, como decís, voltée la cara a cambio de una tortilla con sal.