No quiero ofender al viejo dios maya de la lluvia, pero una investigación realizada por el arqueólogo mexicano Guillermo de Anda sugiere que los restos de sacrificios humanos encontrados en los cenotes son en un 80 por ciento de niños no mayores de 11 años. Los demás corresponden a los de hombres adultos. La intención de los sacrificios era complacer a la deidad para propiciar la lluvia. Hasta ahora se creía que se trataba de jóvenes vírgenes porque los restos se encuentran casi siempre ricamente adornados con jade (prejucio occidental, creer que sólo las mujeres usan joyas). Antes de lanzar a ciertos infantes a los cenotes, los sacerdotes los despellejaban y los desmembraban vivos, como una ofrenda extra al gran Chaac. Por saupuesto lo de gay es una broma nada más.
Fuente: Yahoo! News. Imagen: Codex Dresdensis.
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