El galerista Carlos Woods convocó a exponentes de la plástica nacional para que aportaran su foto para una colectiva: Yo-Yo, Retratos y Autoretratos, cuyos aires experimental, espontáneo y autocrítico la hicieron uno de los puntos clave de Foto-30 este año, aunque en la superficie luciera sólo como una espejo de who's who del arte guatemalteco o un mero encuentro de VIP intelectuales.
Fue experimental porque nadie sabía cómo luciría el conjunto ya montado, por lo visto en algunas ocasiones es cierto, el todo puede llegar a ser mayor que la suma de sus partes. Espontánea, porque hubo exposiciones más allá del llamado del deber ("mirá qué buenas las tiene", le decía un joven pintor a un fotógrafo, mientras apreciaban la foto de una pintora). Y autocrítica, porque no dejaba de sonar el ruido de la lija del ridículo, la irreverencia y la glotonería ególatra, mientras los retratados se fingían inmunes a los efectos de una exposición que, al final, parecía pulir los defectos de todos.
El cierre tuvo lugar el jueves 27 con dos destellos que le dieron ritmo al parsimonioso desenvolvimiento de este tipo de encuentros. El primero fue el triunfo de Carlos Peña, que llenó a los asistentes con un entusiamo enorme. Y el segundo, cuando el fotógrafo Daniel Hernández-Salázar, desnudo, leyó un pronunciamiento de fuerte subtexto político, transgresión que dejó al grupo en silencio, pero encantado.
Fotos, 2007. La muestra estará pronto en La Antigua.
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