Imagen; Memory Alpha. |
En el año 2076, 82 civiles fueron masacrados por un comando militar en ese planeta ficticio. Para garantizar que el horror no sería olvidado, los terakis construyeron un transmisor sináptico y lo dejaron dentro de un monumento. Su señal implantaría falsas memorias en quienes la recibiesen para hacerlos sentir como si hubiesen vivido lo sucedido. El resultado: una segura vacuna psicológica contra este tipo de crímenes. Al final del episodio algunos de los afectados desean destruir al transmisor, pero su capitana prefiere que esté online para mantener viva la memoria de lo sucedido (aunque, muy al estilo gringo, dejando en órbita una advertencia acerca de sus efectos).
Al contrario, más acá en este planeta y en particular en Guatemala, encontramos a quienes nos dicen que lo mejor es no enterarse de nada de lo que sucede, porque es demasiado terrible. Y menos aun quieren saber sobre nuestra reciente historia de genocidio, despojo y guerra interna. Preferirían tomar la Pastilla Roja de Matrix para hundirse en una realidad virtual que les sirva de aislante contra nuestro lacerante día a día: violencia, delincuencia, impunidad, despilfarro de los bienes públicos y falsedades políticas.
Una grada más abajo encontramos a quienes niegan rotundamente los hechos, ya porque les conviene, ya por ignorancia o falta de suficiente información. Y abajo, en el fondo del pozo del olvido están los demonios que instigan los ministerios de la verdad, a quienes quisieran (y a veces intentan) reescribir la historia para sepultarla bajo un diluvio de suplantaciones cosméticas, desinformación, descrédito contra aquellos protagonistas que les desagraden o en guerra declarada, pero sorda, contra quienes luchan por sacar la verdad a flote.
Nosotros no contamos con un Monumento Nakan, por supuesto que no, pero sí con vastos archivos, documentos, registros que se convierten en bases de datos externas a nuestra memoria, en donde está consignada nuestra historia de manera menos volátil y tendenciosa. Son datos que si se analizan con objetividad nos pueden llevar a encontrar en el pasado un respiro para el futuro. Sonará trillado, pero “Historia Magistra Vitam”.
Estas disquisiciones surgen en torno a una muestra que estará hasta abril en el Centro de la Cooperación Española en La Antigua Guatemala: Esa Historia a la Vuelta de la Esquina. Es, en la superficie, una colectiva de fotografía que conjunta imágenes captadas por Moisés Castillo, Daniel Chauche, Luis González Palma, Daniel Hernández-Salazar, Carlos Sebastián y Jean-Marie Simon, más el aporte de documentos gráficos de Cirma y de otros fotógrafos más.
Pero, en el fondo, es una bofetada bien puesta a quienes todavía quieren hacernos creer que en Guatemala deberíamos olvidarnos de todo lo sucedido durante la guerra interna, de quienes ayudaron de forma directa o indirecta a que tuviera lugar y para quienes sueñan, y casi lo están logrando, con quedar impunes. Y para aquellos que no quieren saber nada de la realidad actual, es una advertencia, un Monumento Nakan rudo pero efectivo, de que la historia que se olvida nos condena sin piedad a repetirla.
Este fue mi primer aporte a Plaza Pública, de la Universidad Rafael Landívar, medio que les recomiendo leer.
Publicado en Plaza Pública el 01/03/2011.
Publicado en Plaza Pública el 01/03/2011.
No comments:
Post a Comment