En China, todo el mundo lo sabe, existió un recetario de cocina que indicaba, "todo lo que se mueve, se come". Por tanto, desde cucarachas hasta elefantes son comestibles. Tal escrito data de tiempos clásicos, se sabe también, y, como los tiempos cambian las costumbres, hoy ya se vale comer lo que no se mueve. Así lo sugiere esta noticia, publicada en Google News:
"Campesinos en China excavaron más de una tonelada de huesos de dinosaurio para convertirla en sopa o molerla y usar el polvo como medicina tradicional, porque creen que se trata de los restos de dragones voladores, a los cuales se les atribuyen propiedades curativas. Hasta el año pasado los fósiles se vendían en la provincia de Henan como huesos de dragón por unos 50 centavos de dólar el kilo. Sin embargo, cuando los campesinos descubrieron que son huesos de dinosaurio, donaron 200 kilos para investigación científica".
Los restos, ricos en calcio, se usan para combatir la modorra y los calambres de piernas en los niños. También se les prepara como pasta para tratar fracturas y otros males, en una costumbre de unas dos décadas de antigüedad. Sólo falta, cómo no, que a los chinos les entre por comer huevo duro de dinosaurio.
Imagen: Daily Times.
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