Nancy y Larry Huff me iniciaron en la Meditación Trascendental, creada por este físico nacido en India. Controversial, conservador y buen comunicador, Maharishi legó una técnica de Raja Yoga que aún practican unos 5 millones de personas. A mí me funciona, es excelente, muy en contra de las opiniones de ciertos sacerdotes y pastores que siempre ven en la sabiduría oriental a un competidor. John Lennon, y no sin razón, renegó de ella, pero en su momento fue practicada por los Beatles, los Beach Boys, Mia Farrow, en fin, fue la forma de yoga de las celebridades. Hoy, algunas de sus afirmaciones acerca de sus beneficios psicofisiológicos han sido demostradas por la ciencia. Otras aún están pendientes y algunas nos parecerán siempre exageraciones porque, como dice Borges, "no pertenecen al orbe del Occidente". Si es tan buena, ¿por qué me alejé del movimiento? Para empezar porque se convirtió en una secta cuyo círculo más alto, el de los Purushas, no acepta mujeres en su seno. Y porque cayó en el dogmatismo, recuerdo cuando los maestros que venían de América del Sur se dedicaban a denigrar las traducciones de los vedas que dejó Su Divina Gracia el A.C. Bhaktivedanta Swami Prabhupada. Otra secta, pero eso no demeritaba su esfuerzo académico. Finalmente, porque Maharishi, por demanda de sus más cercanos, también se hizo llamar Divina Gracia. Jai Guru Dev.
Imagen: Intervención digital de la portada de Time, 13101975.
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