A los 13 años este nativo de Idaho compró su primer carro, modelo 1931, y empezó a modificarlo. En sus tiempos el Hot Rod era un auto de barriada, de chicos tautados o rebeldes capaces de modificarlo con mal gusto. Coddington convirtió aquella artesanía en una industria millonaria. Cuando se mudó al sur de California y la gente vio sus creaciones empezaron a lloverle los pedidos. Incluso llegó a crear un Hot Rod de USD$500,000. "Mis admiradores son gente que amó estos autos en las décadas de los 50, 60 y 70. Hoy, tienen dinero", comentó en una entrevista que concedió en 2004. ¿Quién no recuerda al Eliminator de los videos del ZZ Top o al CadZZilla, creado precisamente para Billy Gibbons? Genial para el diseño y consumado maestro del ensamblaje y el do-it-yourself, Coddington nunca aceptó fabricar en serie. Prefería ofrecer piezas únicas, artesanías irrepetibles, para una clientela que nunca supo de tatuajes ni de garages o trastiendas de barriada. Había llegado al mainstream por sus autos, un legado que estableció toda una tradición y tendencia en el diseño. Adiós, grande entre los grandes, siento que te veo partir en la nave de Velcro Fly.
Foto: Wikipedia.
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