Knut es un osezno de Ursus maritimus nacido el pasado diciembre en el Zoológico de Berlín. Su madre rehusó atenderlo, así como a su hermano, el cual murió. Por eso, los encargados del parque optaron por criarlo.
Una decisión lógica: es miembro de una especie en peligro de extinción y casos similares se dan en la naturaleza, como ejemplo, de vez en cuando aparece por ahí alguna foto de una gata amamantando cachorros de perro o viceversa. A tal conducta se le conoce como altruismo. También, cualquiera la esperaría de un zoológico en vista de que, al fin y al cabo, allí exhiben a los animales separados de su medio ambiente para deleite de niños y adultos, espectáculo condenado desde hace mucho por varios grupos que luchan por los derechos de los animales.
Como consecuencia de un pensamiento dogmático, talibán, el ecologista alemán Frank Albrecht, en respuesta a la campaña mediática desatada tras conocerse la historia y que convirtió al osito en estrella (incluso Annie Leibovitz lo fotografió para una campaña ecológica), pidió que los responsables del zoológico lo maten. A él se unió el grupo pro-animales, Cuatro Zarpas, también germano. Existe un antecedente, porque un caso similar, sucedido en el Zoológico de la Ciudad de Leipzig, terminó con la muerte de otro osezno por medio de inyección letal.
Desde un punto de vista biológico, Albrecht tiene la razón. En su medio ambiente Knut ni siquiera hubiese tenido una oportunidad y habría muerto. Pero, en este caso, es víctima de una intervención humana, que sacó de allá a su madre y cuya principal misión, ahora, es mantenerlo con vida, porque está bajo su cuidado. En cuanto a si se debe, más adelante, devolverlo a la naturaleza o si debe quedar cautivo, es otra historia, que podría terminar mal, como sucedió con Bruno, el primer oso salvaje visto en Alemania desde 1835. Apareció, a mediados del año pasado, en el sur del país solo para ser cazado, con la venia de autoridades de la localidad, temerosas por la seguridad de la gente y de sus valiosos ganados.
Imagen cortesía de AP.
5 comments:
Me parece ABSURDA la propuesta de matarlo. ¿Qué se ganaría con ello, más que demostrar un punto ni tan obvio? Si esa va a ser la solución, entonces mejor abolir el concepto mismo de un zoológico. Hay mucha tela que cortar en materia de animal rights y el papel de los humanos, pero... ¿matarlo? Tendré que revisar los links que incluís para ver cómo esta eso.
Por supuesto. Se deben abolir dos cosas, una, los zoológicos, y dos, las actuaciones, peleas, carreras, deportes, etc., con animales, y esa barbaridad llamada tauromaquia (una insidia que empieza a infestarnos). Pero, por desgracia, todas ellas tienen sus pro, aunque no nos guste verlos.
uy que complicado tema, me pareció estúpido que lo quisieran matar, pero también creo que tampoco el zoológico es el mejor lugar para tenerlo, los derechos de los animales es un tema complicado por que no sabemos realmente lo que un animal quiere
Qué nombre más literario tiene Knut...
Hansum también sufrió la injusticia, el absurdo y el delirio de una sociedad que no se diferencia mucho de la nuestra.
Me encanta tu blog. Lástima que tenga poco tiempo para adentrarme y observarlo con más detenimiento.
Le mandé con mis reyes un saludo a Guatemala. Te lo dieron?
Gracias por el real saludo! Por lo menos hay una esperanza, porque el osito va hacia a delante a toda marcha!
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