Monday, August 20, 2012

Avengers



Temí que Joss Whedon -creador de Buffy, the Vampire Slayer-, lo confieso, no fuera capaz de manejar una convergencia de personajes complejos, de épicas dimensiones y grosera pero justificada violencia. Pero apenas cinco minutos después del inicio mis dudas se desvanecían para dejarme ver una de las mejores adaptaciones de esta saga de Marvel al cine, y he visto muchas, creadas por Hollywood, por Bollywood, por el WuXia hogkonés y por creadores independientes de muchos otros títulos y editoriales de cómics.

Fieles a las historietas, los personajes, como ellos mismo dicen, no son en realidad un equipo, sino una amalgama de egos, intereses y expectativas diferentes. Unirlos y darles un sentido es como dice el dicho en inglés "herding cats". Claro, estamos frente a un especial caso, hay que salvar al mundo y por eso, y a pesar de eso, funcionan. El desarrolo de cada uno, pero en especial el de Hulk, me encantó, así como la historia, mucho más profunda de lo que esperaba. Sin embargo, por más que me divierta la película, quiero adivinar una agenda oculta tras sus desenfrenadas trama, acción y más bien elementales incursiones en la psicología de sus protagonistas.

Si vis pacem para bellum, ese statement que resuena desde la antigua Roma hasta nuestros días me parece que subraya a tinta roja e ilumina en amarillo el fondo de una propuesta que a pesar de todo resulta guerrerista hasta el tuétano de los huesos. Es decir, aunque contemos con los mejores soldados, si no tenemos el armamento adecuado, ni cómo hacerlo llegar hasta al blanco, simplemente perderemos la batalla.

A la larga no es de extrañar, puesto que la cuna de Marvel está en una de las culturas más belicosas de la Tierra, con tantas colas como para necesitar, Noam Chomski dixit, hasta inventarse enemigos para justificar su cuantiosa inversión militar. Como sea, de todos modos disfruté mucho esta propuesta que desintegra algunos de mis peores temores causados por la venta de Marvel a Disney.

Sunday, August 19, 2012

Prometheus


"Es de notar que en aquél tiempo, había gigantes sobre la tierra: porque después que los hijos de Dios se juntaron con las hijas de los hombres, y ellas concibieron, salieron á luz estos valientes del tiempo antiguo jayanes de nombradía".

Génesis 6, 4, según traducción del doctor Félix Torres Amat, Madrid, 1832.

Más que expresar cuánto me gustó Prometheus, dirigida por Riddley Scott -decisión más que acertada de Fox porque nadie lo hubiese hecho mejor-, debería centrarme en el corazón de su narrativa: la búsquede de una razón que nos explique de dónde venimos, e incluso transpolando más allá de los límites del filme, hacer eco de una pregunta masónica, "¿por qué existe algo en vez de nada?".

Inspirado en las ideas de Erich von Däniken, quien a su vez las tomó de las obras de H. P. Lovecraft y de Robert Charroux, así como de ese libro casi olvidado pero fundamental, El Retorno de los Brujos; Scott, como él mismo dijo, trata sobre dioses e ingenieros, pero también sobre ambciones e intrigas corporativas, sobre una robótica nada relacionada con las leyes abocetadas por Isaac Asimov, en fin, sobre la eterna búsqueda de la verdad. Todos estos elementos aparentemente disímiles forman parte de un conjunto que antecede, sin involucrarse por completo sino fundamentado una propuesta propia, al Alien de 1979.

Con el apoyo de verdaderos maestros, como H. R. Giger -creador del xenomorfo estrella-, cuya retroingeniería es impresionante, Prometheus despliega una bellìsima narrativa visual en un entorno 3D magnífico porque no exagera la profundidad y sigue la estética oscura y orgánica del creador suizo. Los personajes y las actuaciones, en especial las de Noomi Rapace (La Chica del Dragón Tatuado en la trilogía sueca) y Charlize Theron son excelentes. Por igual, la trama se desarrolla de manera impecable, con muy buenos acentos de acción y terror.

En Contact, Jodie Foster le inquiere a un alienígena por los creadores de los agujeros de gusano que le habían permitido acercarse hasta él: "Ya estaban cuando llegamos nosotros", le responde. Esta propuesta que es muy de Carl Sagan es fuerte en Prometheus: no sabemos si algunas de las dudas más fundamentales que tenemos encontrarán respuesta algún dìa.

Por eso, debajo de su elaborada ficción, en Prometheus hay una incursión filosófica no teleológica. Tal vez se puedan colegir respuestas a nivel especulativo pero más invita a repreguntar, pero solo para llegar a un planteamiento circular (como cuando al padre Lemaître le pidieron que explicara el origen de su átomo primaeval. Dijo que surgió de otro átomo primaeval).

Stephen Hawking ha calculado que como especie no duraremos más de un milenio sobre la Tierra y que por eso debemos colonizar otros planetas. También advierte contra los intentos para contactar culturas alienígenas, cuyas intenciones nos son desconocidas por completo. Y en esto el filme llega a un final que exige una segunda parte, sobre todo porque, como Lovecraft, no cree ni en la redención, ni en la esperanza (similar a Gen. 6:5-7 o a una de las narrativas del Pop Wuj y de otros textos sagrados de la humanidad).

En suma, Scott nos deja un excelente filme de Ciencia Ficción, de extraordinaria narrativa, buenas actuaciones, efectos impresionantes pero no invasivos, cuyo impacto estará a la altura del nivel de cada uno de sus espectadores.

Saturday, August 18, 2012

La Persistencia de la Ingravidez

Fotos: Por cortesía de la klavaza, 2012.
Doniel Espinoza (Honduras, 1970 ) presenta en esta muestra, que está en la Galería Rozas Botrán (16 Calle 4-66, Zona 14, en Guatemala City), acrílico, acuarela, dibujo y escultura, multiformato. Son 75 obras (63 según contó otra fuente oficial de la Galería). Este artista ha sido capaz de crear un ecosistema plástico propio, de características muy personales y por tanto fácil de identificar. Realismo mágico, sí, pero también un toque surrealista muy latinoamericano son los muros que engloban su propuesta como un todo.

Dado el tamaño del corredor es comprensible la cantidad. Me impresionaron las acuarelas en las que se aprecia una obra ya más madura, que destaca una técnica muy perfeccionada para la aplicación de los cromos, sólidos, sin mácula, delimitados por líneas muy bien trazadas, que plasman la que sin duda es la cosmovisión del artista.


Movimiento, figuraciones interesantes y conceptos solo sugeridos completan la parte gráfica que a pesar de su diversidad no abruma. Me gustaron mucho los zoomorfos de este hombre, en especial un toro azul.


Las ilustraciones de esta nota son todas fragmentos de la obras en exhibición. En cuanto a las otras técnicas, de excelente factura he de reconocer, no me impresionaron tanto como sus acuarelas y esta es una valoración eminentemente subjetiva, imposible de justificar con calificación técnica.


Curar una colección de tantas piezas debe ser difícil. De hecho, uno de los invitados el día de la inauguración el jueves 16 de agosto, pensó que se trataba de una colectiva, aunque en parte su error se debió también a que sí hay una, concurrente con la de Espinoza, pero en otras alas de la Galería.


El mercado del arte es complejo, impredecible y voluble. Los precios tendían al extremo alto del espectro, sin embargo, considero que se va a vender buena parte por la calidad del trabajo en general. En fin, como sucede siempre, lo mejor es visitar la exposición para apreciarla en vivo. No hay fotos ni descrpciones verbales capaces de hacerle justicia. Felcitaciones a Doniel por tan buena propuesta, la cual confirma la continuidad de su presencia en la Plástica nacional. La Persistencia de la Ingravidez permanecerá abierta hasta el miércoles 12 de septiembre próximo.

Dominatriz

Foto: klavaza, 2012.
Pasé a comprar una memoria a la Plaza Vivar. El olor a pan me atrajo tanto que me acerqué a a la (Panadería) Berna, pero estaba infestada de gente, ni se movía dentro de su pequeño local. Decidí irme, pero me llamó la atención una chica alta, blanca, algo entrada en peso, vestida por completo de negro. Una metalera o Goth obviamente. Tendría unos 28 años. La acompañaba un chico de unos 17, por igual, molesto por tanto cliente. "Vonós", le dijo a su compañera, "es demasiada la mara". "¿Cómo dijiste?", le preguntó ella en tono prepotente e impositivo. Y confirmó: "¿Te parece que hay mucha gente? Pues yo quiero el pan y te vas a quedar a comprarlo y me lo vas a llevar allá, te guste o no te guste. ¿Entendiste?". "Sí", dijo el patojo, viendo al suelo, avergonzado, mientras yo miraba y escuchaba la escena con ella plenamente conciente de mi presencia. "¡Sí!, ¿qué se dice?", preguntó la chava clavándole la mirada en la cabeza gacha. "¡Sí señora!", respondió, sumiso, en voz baja. "¡Muy bien! Ya nos vamos entendiendo...", dijo la mujer. Le dio la espalada a su aparente posesión y desapareció por el corredor, hacia la Sexta Avenida.

Tuesday, August 07, 2012

Batman: The Dark Knight Rises



"Theatricality and deception are powerful agents to the uninitiated. But we are initiated, aren't we Bruce?". Bane.

Christopher Nolan cierra su trilogía sobre el Caballero Oscuro con una apoteosis digna, bien pensada, apegada como pocas a la narrativa de los cómics y su iconografía, pero, sobre todo, alejada de lo que uno asociaría con un superhéroe de este tipo cuando llega a la pantalla. Además, con mano maestra, interpola referencias históricas, hechos contemporáneos y reflejos de los peores temores de la cultura gringa.

Como lo manifiesta Bane: " We take Gotham from the corrupt! The rich! The oppressors of generations who have kept you down with myths of opportunity, and we give it back to you... the people. Gotham is yours. None shall interfere. Do as you please. Start by storming Blackgate, and freeing the oppressed! Step forward those who would serve. For and army will be raised. The powerful will be ripped from their decadent nests, and cast out into the cold world that we know and endure. Courts will be convened. Spoils will be enjoyed. Blood will be shed...".

Con sutiles referencias a la Toma de la Bastilla, la Corte de Los Milagros, el Movimiento Occupy, la fragilidad e hipocresía de la Bolsa y un antihéroe cuyo discurso podría ser el de un Chávez o derivado de los mejores análisis de un Chomsky, la narrativa de los Nolan tiene fuerte sustento. Suficiente como para justificar una violencia similar a la que enfrenta un ávido lector de historietas. El héroe mismo describe un ciclo que con más o menos altibajos parece seguir al controversial Monomito de Joseph Campbell.

El erotismo, de similar forma, es tan lateral que casi no se nota, a pesar de sus directas como la evocación de la Chica-Moto y de la inevitable asociación del traje de la Cat Woman –solo Cat en este filme, para seguir al nick original de la delincuente- con el sadomasoquismo. Se trata de una Selina Kyle como nunca antes había sido representada. Esta es la mejor de la historia del cine a la fecha, tanto por su descripción visual como por el corazón que le dio Anne Hathaway. Por igual Bane (Tom Hardy), que de haber sido reducido a un bruto bien musculado en Batman and Robin (de Joel Schumacher, 1997), se transforma ahora en un estratega inteligente, con una clara agenda que incluye al desprecio, la ira y el control.

La trama está bien hilada, la fotografía, a pesar de uno que otro estereotipo es magnífica y la acción no da tregua más que cuando se disfruta de muy buenos parlamentos (aunque he de reconocer, no de la estatura de la anterior entrega). Christian Bale supo adaptarse a las camaleónicas demandas de un personaje multifacético y la actuación de Michael Caine como Alfred Pennyworth es simplemente incomparable. Si quieren disfrutarla en su totalidad, les recomiendo el formato iMAX. Escucharán mejor la excelente pista musical de Hans Zimmer y a la Pavane pour une infante défunte, de Maurice Ravel.

Una referencia completa de los influjos de los cómics sobre este filme se encuentra en Batman Online pero, cuidado, está infestada de spoilers. Si no han visto el filme o no han sido asiduos lectores del personaje, absténganse de visitarlo hasta después. Conociendo al chapín, me asombré cuando al finalizar el prescreening parte del público aplaudió espontáneamente. ¡Ah! De una vez les cuento, por si la curiosidad los mata igual que a mi: el Fernet Branca sabe a Listerine.

Monday, August 06, 2012

Onirica

Vuelo sobre algo, parece un aerodino. El paisaje urbano debajo de mi se ve exquisito: supercarreteras nitidas, edificios preciosos, colores brillantes que contrastan contra un cielo azul intenso, casi sin nubes. Sobrevuelo un enorme autobus rojo, me acerco para descender sobre él y seguir así mi viaje. Será vehículo terrestre pero no rastrero, va a toda veocidad. Atravesamos un túnel muy bien iluminado, un paralelepípedo de concreto, gris claro, de baja alzada. Siento que me va a comprimir contra el bus pero no pasa nada.
 

El bus se ha transformado en una caja oblonga de metal, vieja, orinada. Hay dos seguros circulares sobre mis pies, frente a mi. Será un ataud o no, dudo. Siento movimientos lineales, vueltas en ángulos de 90 grados, lentas, de oficio. No me siento incómodo, ni temeroso. Será un ataud, me pregunto de nuevo. No hay que desesperar, de seguro lo tienen que abrir. Por una hendija larga y estrecha entra algo de luz pero de pronto se cierra sin dejarme en la oscuridad. Oigo y veo cómo giran los seguros, en direcciones opuestas.
 

Soy omnipresente, veo todo lo que sucede como en un atestiguamiento. Sí es un ataud, pero muy pequeño, no alcanza el metro de largo. Estuvo pintado de rojo alguna vez, de ese color le quedan algunos vestigios. Su destino final es llegar a las manos de un viejo indio, ataviado al estilo de Gandhi. Como él, usa anteojos. Es alto, muy moreno, de carnes enjutas, aspecto sucio, barba corta poblada y muy blanca. No deja de repetir un mantra, continuamente, mientras saca cuerpos de los ataudes conforme le van llegando, para cremarlos.Delante suyo está una especie de mesa hecha con una tabla sostenida apenas por objetos delgados. Está cubierta de hollín o de una sustancia negra, desagradable. El ambiente es tan sucio como el hombre. Sobre la mesa hay tres figuras. Me parecen iconos de dioses antiguos. Sigue la letanía, no cesa un segundo.
 

De reojo veo salir mi cuerpo del ataud. Es más pequeño que el ataud todavía, con el rostro ya ennegrecido por la descomposición, envuelto en algo blancuzco. Mi mano lo eleva en el aire, a distancia. El cadaver levita y siguiendo mis ordenes ataca al viejo, pero sin efecto.
 

Ante mis ojos se ha tranformado, ha sustituído su cara por la de uno de mis hermanos. También hay cadenas de oro apiladas una sobre otra. Le ordeno al zombie que se las robe, orden que cumple con la boca, devorándo la que se encuentra más arriba. El anciano, ignorandome, sigue su macabro trabajo cantando su salmodiante letanía. Harto de no obtener resultado ataco a las figuras con un martillo de madera hasta convertirlas en polvo negro. Pero, imperturbable, el viejo sigue con su canto, cremando cuerpos.
 

Aparce una representación tradicional de la Muerte, vestida de blanco. Es muy pequeña, le gesticula al viejo para que se defienda, para que haga algo en mi contra. Sobre ella caen mis martillazos hasta convertirla en polvo blanco. Lo atiborro sobre la palma de la mano derecha para soplarlo contra el rostro del repugnante vejete. Por el contacto empieza a gritar, las carnes se le caen a pedazos, se desorbitan sus ojos. Sufre mucho. Asumo que ha muerto.
 

No, me digo, esto no está bien, debe ser destruido. Procedo a incendiar todo, a convertirlo en polvo negro, en ese hollín inmundo que rodeaba al enloqueciente cremador.

Thursday, August 02, 2012

Journey

El gato rebufa
  en el cuarto del fondo
crucificado, el Cristo lo observa
se lanzan llameantes miradas
son cómplices Egipto y Roma
Roma y Egipto, en gritos silenciosos
en alaridos embrutecedores
 
Vacilo, entonces dudo
dudo, entonces huyo
 
Campos carmesí
  cielos pétreos
mansiones, danzas obscenas, frenesí
frenesí desenfrenado
delicias de los siete mares, ríos espirituosos
la Noche cabalga leguas
aves y grillos estremecen su luz oscura
 
coros lejanos
 
Caminos de piedra, huesos, podredumbre
cementerios, desolación, silencio
Paz, el fuego del Cristo, el rebufido del gato.