Disney compra a Marvel, ¿el fin de una era?

¿Será capaz Disney de mantener la creatividad, el atrevimiento y la profundidad de Marvel? ¿Como para dar espacio a un Alex Ross? Ojalá así sea, de lo contrario, como sentenciaría el I-Ching, "habrá razón para arrepentirse". A USD 4 mil millones, pagados en efectivo y con acciones, no se trata de una ganga, sin embargo, Disney sabe lo que hace, en busca de incursionar en el mercado juvenil masculino (para hacer más plata, se entiende). A mi me parecen casi como agua y aceite, imposibles de mezclar, a menos que Marvel mantenga plena independencia. Disney ofrece personajes e historias estereotipados, rígidos y muy dentro del establishment. Cuando niño no me gustaban sus cómics, sólo sus animaciones. En ese entonces yo era un DC-Boy, fan incondicional de Diana (la Wonder Woman), Batman y Superman. Luego se sumó a mi imaginario el Green Lantern. Después llegaron los héroes de Marvel, el Spiderman y los X-Men sobre todo, y el mundo del escapismo me cambió para siempre. Al otros los fui conociendo después: Kitchen Sink, Dark Horse, Image, etc., pero entonces ya era adulto y las historias y los dibujos habían evolucionado de forma notable. Una cosa es que una empresa como Warner sea dueña de DC Comics, otra que Disney lo sea de Marvel, y por una simple razón: el primero es un consorcio en el cual DC Comics aporta sus historietas; el segundo es un experto en el tema, pero con una filosofía y una tradición muy propias, pero siempre con un ojo muy comercial. Por lo pronto, y ante falta de evidencia para formular un juicio definitivo, sólo me queda estar de luto. Hasta nueva orden.
Imagen: Marvel Masterpieces/Alex Ross.

Un ejemplo de crueldad y abandono

Se dice que tratamos mejor a las mascotas que a la gente. Pero no hoy con el perro de la foto. Fue herido, casi seguro por el atropello de un auto, en la 2a. Calle y 11 Avenida "A", Zona 1. Ahí estuvo sufriendo ante la indiferencia de la gran mayoría. Solo una persona, doña Silvia Campo, se ocupó de él llevandole agua y comida y llamando a AMA. Por fin acudieron en su auxilio y se lo llevaron. El trabajo de AMA es encomiable, pero le es imposible atender todos los casos reportados de maltrato, abandono o agresión contra los animales. Deberíamos tener conciencia todos y luchar por ellos. Y ¿cuál es el motivo de mi postura? Primero, me caen bien: son fieles y confiables a diferencia de ciertas gentuzas que por desgracia me he topado en el camino. Y segundo, porque recuerdo -e invoco- a un dicho budista: "mientras un solo ser vivo sufra, este universo no será capaz de alcanzar un estado de conciencia superior".
Foto: Silvia Lanuza, 2009.

Avatar (el trailer): un adelanto genial

Desde Titanic, James Cameron no había dirigido un largometraje. Vuelve con Avatar, programado para estreno el viernes 18 de diciembre próximo. Por el secreto que ha rodeado a la producción y por los constantes chismes que circulan por la Red, se ha generado una gran expectativa alrededor del filme. El trailer en 3D anticipa una lica de altos vuelos gráficos, una historia fantástica de altísimo cuño y acción extraordinaria: En el planeta Pandora un grupo humano combate a los navi en medio de fabulosas fauna y flora que, a lo lejos, me recordó ciertos componentes de Dinotopia (o a los libros de James Gurney). Además, ver a Sigourne Weaver de nuevo en Ciencia Ficción me eriza la piel.

Con 40% de acción real y 60% de CGI, Weaver canalizando a Cameron (su personaje es él en el filme) y 10 años después de haber sido propuesta por vez primera (el presupesto de aquél entonces rondaba los USD $400 millones), no esperaría menos y después de ver el trailer me he convertido en creyente. Al mismo tiempo, Cameron está dirigiendo Battle Angel, programada para 2011, basada en las novelas gráficas de Yukito Kishiro. A como van las cosas, será de no perderse ninguna de las dos.

Following Lepe on siete freakeadas

El Aguafiestas posteó sobre siete excentricidades que padece o le hacen padecer. La nota está buenísima, me motivó a responderle con las mías correspondientes. Los insto a lo mismo.

1.- Me he llavado De Bello Gallico de Julio César a todos los viajes hasta la fecha, transatlánticos o no. Me sé partes de memoria y las vuelvo a leer, como loro. El libro es como un fetiche difícil de evadir.

2.- Cuando enciendo la compu en mi casa siempre sigo los mismos pasos: Entro a mis dos mails, a Facebook, a tres lugarejos incalificables y después a Second Life. Ahí me quedo trabado mientras veo de reojo CSI:NY en un canal local, porque en mi edificio no hay cable. ¡Ah! La vida es dura, ¡es dura! En cambio, Twitter no es precisamente mi favorito y eso me avergüenza.

3.- Soy fan de la Britney, no lo puedo evitar, la veo y es como si un hechizo me cayera encima.

4.- A veces como All Bran de la Kellogg´s sin nada más. Me gustan las naranjas y los mangos con todo y cáscara y una vez quise devorar la de un banano, pero no pude con ella. Las limas me obsesionan, en otra ocasión me harté más de 25 en una sola sentada...

5.- Prefiero dormir por abonos. Me encantan la noche, la medianoche y las tres de la mañana.

6.- Creo que viví en la Roma antigua, que era gladiador. Me hubiese gustado ser samurai, demostrar la existencia de vampiros y licántropos y la desolación, la bomba atómica y la Guerra Fría. En secreto estudio inglés antiguo (me engasa) y también latín (me engasa).

7.- Padme y Amidala me hablan con los ojos, de eso estoy cien por ciento seguro.

¡Qué suerte la de estos Storm Troopers!

Foto: FHM.

The Wrestler

Micky Rourke representa una metáforoa autobiográfica, involuntaria que conste, en esta cinta del director Darren Aronofsky (Pi), junto con Marisa Tomei. Su personaje, ya viejo y decadente, descubre que ha llevado su vida hacia ninguna parte. Desesperado, busca apoyo en una bailarina exótica y en la hija a quien ha dejado de ver hace mucho, para descubrir que está desamparado y que su único camino es seguir en la profesión que eligió de jóven, una modalidad de la lucha libre en la que todo se vale, incluso causarse heridas con hojas de afeitar para que la sangre sea real. Sin concesiones, ni dobleces, ésta es una visión conmovedora, terrible y desconsolada, existencialista, de la vida de un hombre fracasado. Véanla ahora que al fin llega a nuestras salas de cine y noten cómo afecta más a hombres que a mujeres.

Cuatro décadas de Abbey Road

Fans australianos reviven la portada en Londres, 8 de agosto de 2009.

No recuerdo cuándo lo compré, pero sí la impresión que me provocó, sabiendo a ciencia cierta que el cuarteto llegaría a su fin tarde o temprano. Aquél efecto dura hasta ahora y para que no pierda su magia lo oigo poco y a lápsos largos. Es interesante, pero no me evoca nostalgia o saudades, siempre me trae algo nuevo, como la primera vez. Tampoco olvido las conversaciones en cuartos de cuates, confirmando por la portada que, en efecto, la foto daba testimonio de que Paul había muerto. Una teoría de conspiración que se mantiene vigente. Era 1969, hoy estamos en 2009 y The Beatles también siguen vigentes. Me es imposible olvidar un artículo de prensa que leí poco después de la disolución oficial de la banda. El periodista había entrevistado a varios señudos y conocedores titanes de la industria musical. Sentenciaron que, si mucho, se venderían sus discos durante unos 10 años más. Si pues, ¿y aquellos genios de las disqueras, por dónde andarán ahora?
Foto: Yahoo! News.

G.I. Joe: The Rise of Cobra

“Technically, we don't exist. We answer to no one. And when all else fails, we don't”. General Hawk (Dennis Quaid).

Duke: What happened to you?
Ripcord: I went through the train... what happened to you?
Duke: I went over it...
Ripcord: Was it awesome?

Ambos ejemplos bastan para ilustrar el nivel intelectual de los diálogos de este filme de Stephen Sommers (dos partes de The Mummy y Van Helsing) que sigue una historia lineal, elemental y tan plástica como la línea de Hasbro en la cual se inspira: la Global Integrated Joint Operating Entity o J.I. Joe. Aquellos juguetes que glorificaban la guerra y al soldado estadounidense, se convierten en manos de Sommers en un equipo predecible, de mentes sencillas pero buenas. Mientras, los malos, liderados por Cobra (Christopher Eccleston) son incapaces del menor bien. A pesar de las breves incursiones en la psicología de los personajes, vía flashbacks, éstos no llegan nunca a redondearse más allá de la apariencia que quiere darles.

Acción trepidante (apenas hay lugar para algo de protoromance, justificación política y explicación para dar coherencia lógica), adrenalina al máximo, tecnología futurista de punta, una persecución inolvidable por las calles de París (filmada en Praga) y una lección sobre cómo destruir a la Ciudad Luz en cinco minutos, más la consabida caída de la Torre Eiffel (es el tercer filme que la destruye: le llevan ganas al monumento), son sus mejores y únicos aportes inolvidables, según considero. Sin embargo, este comentario tiene sentido sólo si se disecta y analiza la lica con lupa, porque, como un todo, funciona a la perfección como una propuesta escapista y de puro entretenimiento. Es como la imitación china de un reloj caro, que a pesar de albergar una máquina barata, se ve lujosa por fuera.

Entre lo bonito está Sienna Miller, por supuesto, así como la actuación de Dennis Quaid (quien participó por insistencia de su hijo, fan de la serie). Y entre lo feo, las gráficas que no llegan a crear una realidad virtual creíble (vean con ojo avieso la escena del beduino en el desierto, a mí me recordó los tiempos de los dioramas), la linealidad de la historia y los cambios súbitos de tendencias en algunos personajes.

Sommers, quien siempre ha querido dirigir una cinta de Bond, James Bond, cita a ocho de ellas en este filme. Hay combates que me llevaron de la mano a Star Wars y Scarlet O'Hara (Rachel Nichols) surge directamente de Gone With The Wind. The Mummy, Transformers, conceptos de Voyager e incluso de Mortal Kombat y de la serie Kung Fu están, a mi entender, entretejidos con la trama de este éxito de acción y glorificación de la guerra, pero fallido, incapaz siquiera de llegar a ser un fetiche que apele a estimular, por largo rato, a una inteligencia mediana.