Este pequeño, desconocido y oscuro lugar del Ciberespacio se ha iluminado con la luz de una supernova: se llama Gabrielita, el fruto de Isabel y de Mynor, dos amigos queridísimos, de los que hay pocos. Fueron nueve meses de espera que rindieron un regalo bellísimo, que llega sobre el lomo de Pegaso y con las alas de Mercurio, para ser la primera estrella de su constelación familiar y la alegría de todos los que tuvimos la fortuna de verla arribar en la nave maravillosa de la maternidad. Y en un momento como este recuerdo aquella canción de Louis Armstrong, la repito y también me digo, "I hear babies cry...... I watch them grow / *spoken* (you know their gonna learn / A whole lot more than I'll never know) / And I think to myself .....what a wonderful world / Yes I think to myself .......what a wonderful world"... Si tuviera voz, se la cantaría como canción de cuna.
Bienvenida Nena, llegas con los mejores padres, los mejores abuelos y bajo el brazo traes el mejor regalo de todos: vida.
"Escucho a los bebés llorar... los veo crecer / *hablado* (sabes que aprenderán / mucho más de lo que alguna vez sabré) / Y pienso... qué mundo más maravilloso... qué mundo más maravilloso / Sí pienso... qué mundo más maravilloso"...
Fragmento de la letra de What a Wonderful World, de Bob Thiele y George David Weiss, interpretada por Louis Armstrong en 1968.
Fotos de Gabrielita por Lyz Corado.
Monday, October 09, 2006
Sunday, October 08, 2006
Dear Mario...
Ojala sea cierta (tu intención de llegar a publicar un cómic). El arte tiene el defecto de darse sólo a quien la cultiva, y es cruel. Quien no practica, no hace nada, y a veces, el mediocre pero industrioso logra obras bonitas. Vos tenés el talento, así que dejá de perseguir quimeras, ponéte las pilas y entrále a la creación, porque en mi humilde opinión tenés futuro en estos menesteres. Abundan los viejos que andan por ahi ladrando, "cuando era joven pintaba y escribía", también escribís, me consta, pero excusan su inactividad tras el chance, los hijos o porque según uno de ellos, "tuve que dejar los huevos tirados en el camino para hacer algo de pisto". Después de la queja viene un lamento cuya cola siempre es "por eso nunca le entré". Que horrible. Leéte "No señora mía, no son para tiempo de ocio" (más abajo, en este Blog). Aunque no se aplique a vos del todo, corrés similar riesgo. Tené cuidado, después, no son las musas del arte, sino sus demonios, los que te pasarán factura por no haber respondido al llamado, como dicen los dioses cristianos en la Parábola de los talentos: "...a ese siervo inútil, echadle a las tinieblas de fuera. Allí será el llanto y el rechinar de dientes".
Ilustración: Vampi, versión corta, por Mario Soto, Guatamala, 2006, para medio digital.
La cita es de Mateo 25, 14-30.
Ilustración: Vampi, versión corta, por Mario Soto, Guatamala, 2006, para medio digital.
La cita es de Mateo 25, 14-30.
Saturday, October 07, 2006
Thursday, October 05, 2006
DEVO - Freedom Of Choice
"freedom of choice is what you got
freedom from choice is what you want"
Devo, Freedom of Choice (Casale/Mothersbaugh),
Freedom of Choice, 1980.
Este video, cuya canción es considerada por algunos la quitaescencia de la música de los 80, llegó a mi vida en aquella década. Entonces desperdiciaba la juventud en las aulas de la Marro donde recibía Postulados Económicos Fundamentales, impartidos por María Rosa Gomar. Ese curso, entonces como ahora, significaba el punto de partida, a pesar de ser una ligera incursión, en los fundamentos ideológicos de la universidad. Esta profesora enseñaba los principios más elementales, deformados al máximo. Para calificarlos como se hubiera hecho entonces, se trataba de una sobresimplificación y, para las mentes sencillas, de un efectivo lavado de cerebro. En Guatemala, aparte de dos o tres iluminados como el doctor Ayau, la mayoría de sus seguidores no son más que derechistas de finca, gente incapaz de aprehender una ideología, sino sólo de gravitar a su alrededor para utilizarla como un sistema de creencias, antes apoyado, claro, por la Santa Iglesia Católica y hoy por el protestantismo fundamentalista. El lema de tal simplificación era "libertad de elección" y a él se refiere esta producción que, a pesar de su burda factura, para los estándares actuales, hace una efectiva y descarnada burla de tan frágil enunciado. No sé por qué pero, cuando lo escucho, vuelvo a los pasillos de la U y recuerdo a una oficinita en cuyos muros estaba adosado un afiche de Ronald Reagan, pálida añoranza de la Guerra Fría, pero triste precursor de la oscura hija que la sucedió cuando cayó el Imperio Soviético. La Comodoro Hopper, cocreadora del Cobol y del término bug (en jerga de computación, fallo), concluyó: "el mundo antes de la Segunda Guerra era simple, después tuvimos sistemas". Como paráfrasis, podríamos afirmar que era más estable y seguro antes de la caída soviética y que ahora un millón de cachorros de la Guerra Fría lo infestan. A no dudarlo, el más bruto, avorazado y peligroso es el neoliberalismo a ultranza, hijo bastardo de izquierdas oportunistas y trasnochadas.
A Alejandro, porque tampoco se tragó esta creencia. Video cortesía de YouTube.
Monday, October 02, 2006
Dear Héctor...
Debo reconocerlo, no esperaba nada grande de Superman Returns. Hasta pensé, "se trata de otro remake", pero me equivocaba. Al principio temí lo peor, sin embargo, conforme avanzó, encontré a un Kevin Spacey dedicado, representando a un Lex Luthor irredento y cruel, pero plano, al estilo de los villanos de la Golden Age, cuando florecieron los cómics en Estados Unidos.
Lois Lane, Kate Bosworth, resultó sorpresiva, porque es moderna, fuerte, pero con un toque de princesa, para justificar su debilidad por Superman. Por supuesto trata a Clark, corresponde por tradición, como a un perfecto caite (vos y yo sabemos qué se siente). Me encantó cuando le reclama porque el pobre ingenuo le sugiere que ambos matienen una relación (la escena me recordó una situación personal).
Superman, representado por Brandon Routh, de extraordinario parecido con el difunto Christopher Reeve, actúa muy bien, pero fue el desarrollo de su personaje lo que más me encantó de esta película dirigida por Brian Singer (X Men).
La obra define tres módulos. El romántico, la acción o antagonismo entre Superman y Luthor y el mitológico. El primero, presenta la relación del héroe con Lois, de nuevo al estilo de la Golden Age. El segundo, más simple y lineal, aunque predecible, es violento, para satisfacer las expectativas de un lector moderno de cómics. Y el terecero, el de más interés para mí, explora el origen arquetípico de Superman, basado en el mito de Cristo. Es decir, el de una deidad solar que se sacrifica por la humanidad. No hay que olviarlo, Schuster y Siegel, los creadores del cómic, eran judíos y abrevaron en los mitos de su cultura para moldear al personaje.
Me encantó cuando Superman vuela hasta más allá de la Estratósfera (asciende a los cielos), para escuchar el clamor de la humanidad. En especial, encontré interesante verlo volver a tierra con los brazos extendidos, como formando un crucifijo (la luz que desciende a las tinieblas para redimirlas). Además, se escucha la voz de su padre (la de Marlon Brando o una similar) declarando que envió a su único hijo para salvarnos. Más claro, creo, no canta un gato. En suma, debés verla. De paso y aunque innecesario, te cuenta una vez más cómo llegó el superhombre a nuestro planeta.
Ahora, preguntáme por qué te dediqué esta nota. Antes de responderte, debo contarte que la escribí por vez primera cuando llegó la Be-300. No es necesario repetir la odisea que significó intentarlo con el Reditor y una batería que rogaba por recibir la Extrema Unción (si se pudiera le hubiera pedido a Monseñor Escribá que se la diera; si es que el santo está en el Cielo): archivos truncados sin misericordia a menos de su tercera parte; blackouts con secuelas impredecibles, desesperación, chillidos y crujir de dientes. Incluso, impotencia.
Por fin, llegaron la batería y el Tombo. Se acabó la búsqueda de un flat connector, considerada imposible por Forrest Scott Brinkley quien, dicho sea de paso, también estimó espurio escribir mucho con la Be-300, "porque fue diseñada para unas cuantas notas rápidas o mails breves". Pero se pudo. Debo reconocer que sin tu valioso concurso hubiese sido imposible encontrarle salida a ese negro túnel que a veces envuelve a la tecnolgía. Salud por el triunfo y por la potencia recuperada...
El título está inspirado en Dear Tiesto, de Zak Kim.
Conste, utilicé el Tombo, no lo he intentado con el infame Reditor. Por suerte, no fueron necesarias las abominables eÑes.
Fotos: Héctor Roldán, autorretrato en el volcán Tajumulco a a 4,220 metros de altura, cortesía del autor. Fotogramas de Superman Returns, de su sitio web. Afiche de Gallo, de ZonaGallo.com.
Lois Lane, Kate Bosworth, resultó sorpresiva, porque es moderna, fuerte, pero con un toque de princesa, para justificar su debilidad por Superman. Por supuesto trata a Clark, corresponde por tradición, como a un perfecto caite (vos y yo sabemos qué se siente). Me encantó cuando le reclama porque el pobre ingenuo le sugiere que ambos matienen una relación (la escena me recordó una situación personal).
Superman, representado por Brandon Routh, de extraordinario parecido con el difunto Christopher Reeve, actúa muy bien, pero fue el desarrollo de su personaje lo que más me encantó de esta película dirigida por Brian Singer (X Men).
La obra define tres módulos. El romántico, la acción o antagonismo entre Superman y Luthor y el mitológico. El primero, presenta la relación del héroe con Lois, de nuevo al estilo de la Golden Age. El segundo, más simple y lineal, aunque predecible, es violento, para satisfacer las expectativas de un lector moderno de cómics. Y el terecero, el de más interés para mí, explora el origen arquetípico de Superman, basado en el mito de Cristo. Es decir, el de una deidad solar que se sacrifica por la humanidad. No hay que olviarlo, Schuster y Siegel, los creadores del cómic, eran judíos y abrevaron en los mitos de su cultura para moldear al personaje.
Me encantó cuando Superman vuela hasta más allá de la Estratósfera (asciende a los cielos), para escuchar el clamor de la humanidad. En especial, encontré interesante verlo volver a tierra con los brazos extendidos, como formando un crucifijo (la luz que desciende a las tinieblas para redimirlas). Además, se escucha la voz de su padre (la de Marlon Brando o una similar) declarando que envió a su único hijo para salvarnos. Más claro, creo, no canta un gato. En suma, debés verla. De paso y aunque innecesario, te cuenta una vez más cómo llegó el superhombre a nuestro planeta.
Ahora, preguntáme por qué te dediqué esta nota. Antes de responderte, debo contarte que la escribí por vez primera cuando llegó la Be-300. No es necesario repetir la odisea que significó intentarlo con el Reditor y una batería que rogaba por recibir la Extrema Unción (si se pudiera le hubiera pedido a Monseñor Escribá que se la diera; si es que el santo está en el Cielo): archivos truncados sin misericordia a menos de su tercera parte; blackouts con secuelas impredecibles, desesperación, chillidos y crujir de dientes. Incluso, impotencia.
Por fin, llegaron la batería y el Tombo. Se acabó la búsqueda de un flat connector, considerada imposible por Forrest Scott Brinkley quien, dicho sea de paso, también estimó espurio escribir mucho con la Be-300, "porque fue diseñada para unas cuantas notas rápidas o mails breves". Pero se pudo. Debo reconocer que sin tu valioso concurso hubiese sido imposible encontrarle salida a ese negro túnel que a veces envuelve a la tecnolgía. Salud por el triunfo y por la potencia recuperada...
El título está inspirado en Dear Tiesto, de Zak Kim.
Conste, utilicé el Tombo, no lo he intentado con el infame Reditor. Por suerte, no fueron necesarias las abominables eÑes.
Fotos: Héctor Roldán, autorretrato en el volcán Tajumulco a a 4,220 metros de altura, cortesía del autor. Fotogramas de Superman Returns, de su sitio web. Afiche de Gallo, de ZonaGallo.com.
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