Sunday, August 28, 2005

Nego ad maiorem... (despecho de invierno)

Daría cualquier cosa
—Veinte años de mi vida
Por ponerte una mano encima
Por tocar tus senos sonrientes
Por sentir tus nalgas que yo quiero ardientes
—Aunque sea un instante
Quisiera aspirar el vello de tu vientre
Rozar tus labios con los míos
Suaveme
nte, con pasión, con dulzura
Amaría perfumarme con tu aroma
Sentir la brizna de tu cabello caer sobre mi cara
Hundir mi rostro en tu entrepierna
Y quedarme allí, eternamente...
Pero no soy tu elegido
Soy tu basura
Si Dios existiera
Si hubiera Diosa de la Luna
Habría sido mío tu cuerpo
Me habrías entregado el alma
Como no fue posible
Maldigo mis oraciones
mis súplicas
mis llantos
mis gritos desesperados
Ni Dios ni la Luna existen:
Y si existen
Están sordos
me desprecian
o me odian

Ilustración, Lady Death según Steven Hughes (+), 1996.

Saturday, August 27, 2005

Adiós a Robert Moog (1934-2005)

Los avatares de la Tecnología guardarán en el Ciberespacio la eterna memoria de Robert Moog, creador del primer sintetizador funcional, su obra maestra, con el que cambió para siempre el ciclo de entrada, proceso y salida para los compositores. Desde sus inicios profesionales este físico e ingeniero fue el mago del theremin, instrumento con el que cerró, después, el productivo bucle de su vida. A Moog y a la más ferviente popularizadora de su instrumento, Wendy Carlos (de Switched on Bach), les debo algunas de las mejores horas de mi vida. Adios, Bob, y gracias, nos vemos en la Red.
Foto:
Moogmusic.

Friday, August 26, 2005

Genealogía

...no ha sido cancelado el saldo correspondiente, y que ha prescrito el periodo de gracia dispuesto por las regulaciones de la Superintendencia de Bancos, en lo que a cajillas de seguridad se refiere. En tal virtud se procedió hoy, veinte de diciembre de mil novecientos noventa y tres, a vaciar el contenido de la cajilla de seguridad numero cero guión treinta, 0-30, ubicada en este banco, encontrándose dentro de ella un puñal en su estuche, acompañado por la siguiente nota escrita por su propietario.

“El arma blanca contenida en esta caja posee una hoja de acero con empuñadura de madera. En uno de los cantos de la hoja se aprecian las letras 'PRM' inscritas dentro de un óvalo; el otro no presenta señas notables salvo las raeduras que aparecen con el uso.

Es evidente que se trata de una imitación, pues la fábrica -ya desaparecida-, a la cual en todo caso habría correspondido el ovalado sello, no acostumbraba grabar sus productos. En su lugar, solía colocar un número de serie a fin de registrar el objeto.

La madera con aplicaciones que luce en su empuñadura es, a todas luces, de tosca manufactura casera. Se trata, pues, de un objeto común, cuyo valor intrínseco podría considerarse como sumamente bajo.

Con base a lo anterior, cabe citar la relación escrita por el último de sus propietarios, Pascual Pérez. El día que me lo dio aseguró que a sus propietarios este puñal les "trae suerte".

La historia se inicia con un tal César Lopez, originario de Asunción Mita, Jutiapa. Éste, auxiliado por el arma en cuestión, habría eliminado a Domingo Manuel, por una disputa de tierras. A los años, López encontraría su muerte a manos de unos asaltantes de caminos. Para entonces, el puñal quedó en propiedad de uno de sus herederos quien, a su vez, pero por razones de caracter pasional, degollaría a su segunda esposa, huyendo luego con rumbo desconocido. El arma fue recogida por la Policía; el caso, remitido al Ministerio Público y el puñal acabaría en manos, nadie sabe cómo, de un juez de instrucción.

Este nuevo propietario también habría hecho lo suyo con el objeto punzocortante: circunstancias de honor lo obligaron a defender la reputación de su esposa, por lo que más tarde huiría, también, bajo acusación de asesinato.

Se observa un periodo considerable en el cual no se hallan referencias ni del paradero, ni del uso destinado al arma. Apareció como prenda empeñada en una cantina de mala muerte, donde una de las meseras del tugurio, aprovechando la borrachera de un cliente lo habría apuñalado por la espalda. "Tenia que vengarme de ese maldito", declaró más tarde.

Un hermano del occiso mató a la asesina y guardó el cuchillo como recuerdo. Pero el propio objeto de recuerdo sería el que le mataría -meses después- a manos de su propia esposa. En este caso, se habría tratado de celos, supuestamente infundados. El caso nunca llegó a los tribunales.

Crisóstomo Ruán Chile -alias Caquita- sería el siguiente dueño. Ladrón de oficio, asaltante ocasional y también cristalero. Se dice que una noche, deambulando solo y borracho, quiso ponerle a un transeunte apellidado Chavarría "que ya se veia ruco". Pero el ruco portaba arma de fuego y se defendió de Ruán disparándole. La bala, calibre .38, dejaría orificio de salida en el parietal izquierdo.

Chavarría tomaría el puñal como trofeo de guerra. Pero, por cautela, decidió bendecirlo. El cura a quien buscó le negó la bendición al arma y, además, se la quitó a Chavarría, guardándola en la gaveta de una mesita de su casa parroquial. Una vez más, el nefasto objeto fue empeñado, esta vez por el sacristán de la iglesia, quien nunca lo rescató de la casa de empeños.

La casa de empeños vendió el arma a precio reducido -de esta transacción sí quedó papelería-, a un agente de la Policía Nacional, quien se encontraba a punto de retiro. Éste regaló el arma a Carlos Duarte, un propietario de ruletero.

Duarte, borracho -para variar-, al manipular el puñal con fanfarronería se causó heridas graves en una mano y en el muslo derecho. Asustado, lo regaló al Pérez arriba mencionado quien, después de la minuciosa investigación que permitió escribir esta relación, me lo obsequió.

Dejo el arma en su caja, junto con esta nota, en una cajilla de seguridad bancaria, motivado por razones morales pues resulta bastante cierto que, siguiendo el tiempo su decurso, tan malhadado objeto caería de nuevo en manos inciertas para volver a las calles con su horripilante bagage de muerte y tristeza. Así, el arma sería protagonista de otra historia de todos los dias. A pesar de tratarse de una falsificación es innegable su eficacia y, por su historia, es un auténtico objeto de colección.

Si algún día se abre esta cajilla, suplico a quienes lean esta nota destruir el puñal, la caja y la presente".

No habiendo sido posible localizar legítimos herederos del señor propietario y dado que la nota citada carece de calidad testamentaria, se procede conforme a lo dispuesto en la ley de la materia y se ofrece el contenido de la cajilla en pública subasta. El infrascrito notario, de lo expuesto, DOY FE.

Publicado en la página 23 del diario La Republica, el lunes 20 de diciembre de 1993.
Versión urtext, sin editar, publicado en Mis inséctos son ángeles,
Letra Negra Editores, Guatemala, 2002. ISBN 99922-42-17-5. Foto: “Himmler”, tomada del sitio web, German Daggers.

Tuesday, August 23, 2005

El descaro de Robertson

El teleevangelista y fallido aspirante a la candidatura para optar a ser Presidente de Estados Unidos, Pat Robertson (Lexington, Virgina, 1930), fundador y CEO del 700 Million Club, aparte de otra decena de organizaciones más, clamó para que Hugo Chávez, Presidente de Venezuela, sea asesinado por agentes secretos estadounidenses. Así, según su discurso, Estados Unidos salvará miles de vidas y se ahorrará dinero, porque se evitará una guerra contra un presidente que es “un enorme peligro para nostros”. Según Robertson, Venezuela (y su petróleo, léase) está en una zona que directamente afecta a los intereses de Washington.

Se cuenta que cuando el general Patton le ordenó a uno de sus capellanes que escribiera una oración para suplicar apoyo divino y así ganar una compaña contra los nazis, el religioso le recordó que no se puede pedir por la muerte de un hombre. Robertson, invocando hoy la Doctrina Monroe, en cambio, asume un papel absurdo, anacrónico y estúpido. El del anciano que prodiga sus consejos bajo la supuesta égida de la iluminación divina. Desde tiempo inmemorial se ha clamado a un ser superior para combatir al enemigo. Lo hicieron asirios, babilonios, griegos y romanos y también judíos. La iglesia medieval utilizó el nombre de Dios para decretar la peores masacres. Aun hoy el mundo sigue luchas justificadas por inspiración divina.

Conociendo la trayectoria del teleevangelista, innecesaria de exponer acá porque abundan notas sobre ella en la
Red, cabe preguntarse a qué intereses sirve este personaje mendaz, varias veces galardonado por las más fundamentalistas creencias y posturas políticas, entre ellas la Zionist Organization of America. ¿Será simplemente una boutade estúpida o será que el señor de la palabra ya se desvergonzó y se publica, para quienes puedan leer entre líneas, como un vil testaferro de los señores de la guerra?

La respuesta es compleja, aunque tal vez sea innecesario encontrarla. Podría bastar con pintarlo como a un viejo fundamentalista, parte de una corriente, contraparte de la que George W. Bush ha jurado destruir, para preservar la paz del mundo y a sus libertades básicas, en Oriente.

Pero, sin supuestas conspiraciones contra Chávez, el solo pedido de Robertson lo revela como a un hombre duro, impío y aetíco. Un cuadro nada nuevo para un zorro más que viejo en el arte de la impostura, la manipulación y el escándalo. La imagen ideal que ha querido vender, con mayor o menor éxito, finalmente se ha fundido con la verdadera, la que descubre a un negociante de esa Palabra que él, y miles más como él, nos quieren vender como la Verdad. Me temo, con tristeza, que siempre habrá quién le compre ese producto, por maltrecha y endeble que sea su calidad.

“El 24 de agosto de 2005 el teleevangelista “clarificó” su solicitud de asesinato.

Give me four clear days so that my planes can fly, so that my fighter-bombers can bomb and strafe, so that my reconnaissance may pick out targets for my magnificent artillery. Give me four days of sunshine to dry this blasted mud, so that my tanks may roll, so that ammunition and rations may be taken to my hungry, ill-equipped infantry. I need these four days to send von Rundstedt and his godless army to their Valhalla. I am sick of this unnecessary butchery of American youth, and in exchange for four days of fighting weather, I will deliver You enough Krauts to keep your bookkeepers months behind in their work. Amen”. Fragmento de la oración que el general Patton escribió en la Fundación Pescatore, Luxemburgo, el 23 de diciembre de 1944, según este sitio.

Foto: Adrian Barnett, 1998.

Sunday, August 07, 2005

Vae Victis, Melissa I

Serían las once de la noche cuando Luis me dejó frente a mi casa. Introduje la llave pero no abrí la puerta porque preferí perseguir alguna aventura nocturna.
Me apresuré sobre la acera hasta dar con un pequeño antro rockero. Un letrero escrito a mano anunciaba alimentos preparados y cervezas. Ordené una soda light y un emparedado de carne con frijol.

Dos chicas se acercaron, me llamaron por mi nombre y afirmaron ser amigas de un amigo común: Ángel, un satanista, poeta, escritor, fan, buscador de secretos, esoterismos y cábalas. La más alta dijo llamarse Melissa, no le creí pero acepté su impostura. La menuda calló, observaba la escena con frialdad y con un mohín de sorna. “Siéntense, me gustan las damas interesantes”, les afirmé. “Y guapas”, acotó Melissa, con un ademán para señalar su cuerpo, un poquito pasado de peso pero delicioso.

“Me han dicho que sos todo un maestro en la Magick de Crowley, que en el pasado realizaste portentos y que el Tarot canta en tus manos”, continuó con fingido desgano, casi antes de sentarse. Su mirada era inquisitiva y su metalenguaje recordaba a un maestro cuando reta a su alumno en un examen final.

“Nadie lo es en Crowley, sólo él conocía sus recovecos y sin ellos su magia se convierte en un laberinto sin entrada ni salida”, respondí a la defensiva.

“Qué humilde el nene”, dijo la otra, “y qué falso, porque sabemos de tu capacidad para mentir”. Su voz aguda denotaba a un interrogador experto. De allí seguimos una especie de juego del gato y el ratón que me sofocaba y me hacía sentir acorralado.

De pronto ya no podía escuchar porque la música de fondo me había ensordecido. La voz de Melissa era aterciopelada, pero su rostro adquirió un leve resplandor verdoso, sus ojos se enrojecieron y su aliento se hizo tan fétido como el hedor de una cloaca callejera.

Estaba mareado, tenía cosquilleos en los pies y la música se distorsionaba. Pensé que la luz tenue y el ambiente contaminado me tenían así, además, sentía sueño. Melissa notó mi cansancio. Tal vez para retenerme preguntó si con la magia sexual se podría dominar a la pareja, mientras asía a su amiga por el cuello y la besaba con obscenidad. No recuerdo si respondí, creo que sufrí un blackout.

Cuando desperté estaba sobre mi cama, vestido, con náusea, adolorido y sufría una rinitis terrible, habían transcurrido dos días desde aquella noche y horas después de levantarme no superaba la modorra.

Un día más tarde me apareció una mancha roja en la parte izquierda de la nuca, “debe ser un hickey”, pensé para confortarme.

El primer síntoma de un creciente mal se declaró cuando los comentarios en doble sentido me empezaron a irritar hasta parecerme burdos abusos. Seguido, perdí contacto con la gente, el sentido del humor, el hambre y el deseo sexual. Me repugnó la luz solar y durante la noche la mancha, sin abrirse, supuraba con un olor nauseabundo.

Mis pesadillas, regulares desde la infancia, se convirtieron en sueños lúcidos en los que me veía comiendo cadáveres de santos o profanando sus reliquias. Durante el día me torturaba un tinitus que me obligaba a cubrir las orejas con las manos. No era raro despertar con un canto gregoriano clavado dentro del cráneo, pero si lo atendía se convertía en voces soeces que proferían insultos y groserías. Cuando era intenso, provocaba fosfenos y las caras se deshacían en muecas horrorosas.

En vez de lascivia sentía hambre por las mujeres, las olía, pero su olor no motivaba deseo, sino hambre, hambre por engullirlas. No sabía ni cómo ni porqué. Así pasé seis meses. Estaba demacrado, exhausto, me desmayaba y por los vómitos continuos me creí de vuelta a la bulimia y a la anorexia.

Comía poco, exclusivamente carne. Alimentos como las entrañas de vacas y cerdos, siempre repugnantes, se convirtieron en manjares exquisitos, mejor si estaban crudos, sin la menor elaboración. Descubrí que beber sangre bovina me hacía sentír mejor durante lapsos breves, así que me convertí en una especie de indigente de los rastros.

Un día, en un sueño, vi a Filipo II de Macedonia decapitando a una prostituta llamada Melissa y desperté llorando. Entonces consulté al Tarot: Ella era la clave de mi situación. Ya no tenía dinero porque había perdido el trabajo.

La incoherencia se apoderaba de mí y la gente, hasta mi vieja gata de 15 años, evitaba mi compañía. La vida se convirtió en episodios de asco, fotofobia y pesadillas diurnas y nocturnas cuyo marco era la obsesión por Melissa, mi único objeto sexual. En mis fantasías me deleitaba degradándola en escenas de vileza escatológica en las que campeaban el sexo anal y el sadomasoquismo.

Me había convertido en un servil instrumento de la Gran Prostituta de Babilonia, una voz me lo reprochaba día y noche. Debía satisfacer mi obsesión o me hundiría en la locura. Entonces decidí encontrarla: le asigné el papel de mi salvadora, del ángel que me sacaría de aquél abismo, porque los medicastros del Seguro Social se limitaron a diagnosticar una “reacción alérgica atípica agravada por una extrema somatización por tendencia a la hipocondría”.

Fatigué calles, callejones, cantinas y lupanares pero sin éxito. Busqué la ayuda del satanista. Nos encontramos en un mercado y al verme me aconsejó el suicidio, “si es que alguna dignidad te queda”. Aún así intercedió por mi y logró concertar un encuentro entre ella y yo. Fue de noche frente a uno de esos hoteluchos que ofrecen “agua caliente, cable y servicio las 24 horas”. Esperé con angustia, el barrio no era malo, pero era rojo y estaba desierto.

Por fin llegó mi Diosa en un Jaguar último modelo. Bajó la ventanilla pero no apagó el motor. Me habló sin dirigirme la mirada, con los ojos cubiertos por anteojos oscuros. Lucía elegante y olía a perfume. No sentí hambre por ella, sino reverencia. Ante su belleza y perfección me sentí inmundo y mis fantasías me parecieron venganzas impotentes, despechos pueriles. “Das asco y pena”, sentenció con voz ronca y rudeza. “No quiero tenerte cerca, nunca creí en una transformación fallida, sabía de ellas pero las consideraba supersticiones medievales, cuentos chinos. En realidad, te mordí sin querer, sin pensar. Acabá con tu miseria, sólo tenés que comulgar, pero en tu asqueroso estado te bastará con entrar en una iglesia”. También sugirió que el suicidio, “podría ser una solución”. Subió la luneta, aceleró y se fue.

Quise gritar para que escuchara mi súplica pero un dolor no me dejó. Mientras, otro blackout se apoderaba de mí.
After King Diamond. Foto: DarkOperator, 2005.
Links relacionados: Phlegon de Mirabilibus, Melissa II; Liminis Abyssi, Melissa III; Non Omnis Moriar, Melissa Epílogo; Secta, Melissa 0.

Wednesday, August 03, 2005

La Dj Paulina Cewe

Recién terminado el día laboral me reuní con Julieta, la fotógrafa de nuestro departamento, para entrevistar a Paulina Cewe (pronunciado ceve), Dj sueca de muy buen ver quien llegó a Guatemala invitada por electronik.net para que el público disfrutara de sus mezclas. Progressive, techno, trance, psycho y fullon, según dijo Alejandro Letrán, son sus estilos favoritos. Ella agregó al dark y al technohouse. En Casa del Águila el ambiente estaba animado, la gente de Canal Antigua la rodeaba con cámaras, luces y acción. Llegó nuestro turno y tuvimos que utilizar el local de la fotógrafa Fiorella Perini porque no conseguimos una extensión para conectar las luces en exteriores. Mientras Julieta preparaba el escenario acometí la entrevista. Como me sucede siempre ante una mujer bella, perdí la voz y actué como idiota. Así que empecé con una pregunta de 10 puntos de IQ: Is there a life mixing music? Paulina agitó los brazos para enfatizar su respuesta afirmativa. Es más, definió al movimiento electrónico como a una cultura, con su moda, estilo de vida, valores y sistema de creencias, que ya ha hundido raíces, sobre todo en Europa. Conforme se desarrolló el encuentro se fue descubriendo una mujer intensa, inteligente, de mirada penetrante e inquisitiva que, a pesar de contar tan solo 26 años, posee una profundidad interesante. Desde un lado dark bien delimitado hasta sus estudios de medicina, durante dos años y medio, que revelan su interés por la ciencia. Tomó clases de piano desde los cuatro años, a instancias de su madre, quien, al igual que ella, es vocalista. "Es una fuerza importante en mi vida", afirma, "porque me insta a seguir en el sendero del arte". Quizá el acierto más interesante de la Dj es no caber en ese conjunto de mezcladores, como P. Diddy, calificados por MTv como representantes de la cultura del copy y paste. En vez prefiere ser creadora, partir de una tabvla rasa. Para empezar una composición la canta, la define con la voz. Además, fascinada como está por los sonidos, realiza incursiones urbanas, grabadora en mano, para registrar los ruidos del entorno, los cuales le servirán para redondear sus obras. Después agrega beats o ritmos y no es sino hasta el final que se vale de la tecnología electrónica para terminar sus creaciones. Entre sus influjos está Chopin, porque existe una conexión emocional con él, puesto que su madre es polaca como el compositor. También Bach y Orff. Pero también el Dark Metal, el sueco por supuesto, se entreteje en sus mezclas finales. Hay estilos como el house "que se compone en cinco minutos", comenta, "pero otros requieren elaboración, para ellos me inspiro en varias fuentes, como la narrativa y la música y este género es uno de ellos". Paulina considera que su sexo no implica nada en su profesión, pero cuenta que en Suecia, como en otras partes, a la mujer se le relega a un segundo plano, a pesar de ser un país del Primer Mundo. "¿Qué te llevas de Guatemala?", "me gustó la marimba, el país es incríble y estar acá fue una experiencia. Al principio sentí miedo, lo veía distante porque no sabía nada de él y, de hecho, me tomó 24 horas arribar. De ellas, diez fueron de espera en Nueva York, a donde llegué procedente de Estocolmo, porque customs (aduanas) tardó tanto en realizar el registro personal de los viajeros que perdí mi conexión en el aeropuerto. Así que debí esperar cinco más para abordar otro avión. Me gusta estar en control, enfrentar retos y sentirme feliz. Si mi música logra transmitir esos sentimientos, lo he logrado", dice esta artista que se autodefine como de múltiples intereses, aunque, por el momento, la lectura no sea el más fuerte de ellos.
Paulina, también se llama gen6. Foto por Julieta Ordóñez.